Movernos con consciencia somática es volver a las raíces,es recordar que somos una parte vital de este vasto ecosistema. Nuestro cuerpo es un microcosmos de la naturaleza, con sus ritmos, ciclos y energías. A medida que nos sumergimos en este diálogo íntimo entre el cuerpo y la naturaleza, descubrimos que el movimiento es mucho más que un conjunto de acciones mecánicas; es la forma de expresión mas autentica que tenemos que trasciende las limitaciones del lenguaje.